sábado, 7 de julio de 2012


PROMESAS AMARGAS
( EPILOGO)

“El silencio de la noche canta melodías infernales y la oscuridad del camino es como la vida misma, impredecible y tétrica.”

Su alma fortalecida por las dificultades y pruebas que con valor y satisfacción logró vencer en el corto y largo; triste y alegre; emocionante y aburrido; predecible e incierto camino de la vida, descansa con alegría en la inmensidad del campo alumbrado por cada pincelada brillante de las estrellas que hacen que esa noche sea aun más gloriosa.

Su cuerpo lleno de cicatrices describe el coraje, la fuerza  y la destreza que  aquel vetusto amigo aun conserva. Sus ojos inspiran convicción, su frente un IDEAL, sus labios inspiran amor y sus manos valor. Recostado sobre el césped silvestre reposa en un clima perfecto, sin frío ni calor tampoco templado, simplemente perfecto. SU cabello es canoso, pero aun le queda algo de negro azabache y representa la sabiduría que los grandes héroes solo poseen. En su corazón se escucha el palpitar de los tambores de guerras pasadas y un suspiro largo y profundo sentencia su lucha final contra la muerte.

Su espíritu vigoroso aun anhela la vida como la muerte, se conforta en los versos melódicos de cantos románticos que en su juventud coreaba, no teme al desaliento de sus hombres más allegados ni a la fortaleza y amenaza de sus más viles enemigos, el  liderazgo que va delante de su vida, sacia a todos los que en combate a su lado luchó.
Callado e intrigado observo la escena en cámara lenta.

La historia le fue indiferente, ni siquiera un artículo sobre su vida se ha impreso y nadie ha escrito en el internet de alguna hazaña suya alcanzada en las aventuras fantásticas que le tocó vivir.

Nunca le importó, sobre cuan mal o bien puedan hablar de él, sordo a las adulaciones y las críticas. Sencillamente se podría resumir su actitud con que vivió la vida como él lo sentía, eso nosotros lo llamamos sinceridad.

El tiempo se congeló, ya no escucha, no ve, ni percibe la maravilla que le rodea, su mirada divaga en la nada y sus extremidades del cuerpo inmovilizados permanecen reposados y claramente sobre estas se deslizan suavemente un cálido líquido de color rojo escarlata.

¿Qué hace que un hombre dé todo por su semejante? 
La miserable vida que en sus últimos años vivió nuestro protagonista nos insta a creer que no vale la pena amar tanto.

Sinceramente la vida es corta, abrimos y cerramos los ojos y nos sorprende el tiempo que pasa factura con un alto interés porcentual. ¿Qué hubiera sido del viejito escritor si en su ultima lucha se hubiera  rendido?, tal ves nunca hubiera llegado a su destino final…La Libertad.

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